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martes, 18 de enero de 2011

La Carba

Este fin de semana pasado, el domingo en concreto, tuve una comida familiar de las que recuerdas. La comida fue, como de costumbre cuando es con mi padre, en La Carba, un prau que compró mi abuelo cuando yo era pequeño y que desde entonces ha sido el lugar de reunión para multitud de comidas, cenas y demás actos de mi familia paterna.


La Carba es un pequeño lugar del Conceyu Llaviana en el zona central de Asturias. Se trata de un pequeño sitio situado en la falda de una montaña y desde el cual se divisa a la perfección la capilta del conceyu, La Pola Llaviana. Se tiene una panorámica preciosa de todo el valle del río Nalón (el más largo y caudaloso de Asturias) así como de Peña Mea, que es la máxima altura del conceyu con 1.549 metros aproximadamente. También se pueden divisar varios pueblos y aldeas de la zona como Canzana en donde se encuentra un famoso restaurante con gran prestigio para bodas y demás eventos, muy famoso en todo el valle. Se puede divisar el fondo del valle, en la parte más llana y arrimada al río Nalón el pueblo de Entrialgo, lugar de nacimiento del escrito más famoso de toda Llaviana, Armando Palacio Valdés quién escribió, entre otros, la novela "La aldea perdida", precisamente inspirada en la vida en esos valles en los que creció de niño y en la cual explica de una manera clara y entretenida la gran transformación de esos valles con la llegada a mediados del siglo XIX de la minería a gran escala. En Entrialgo se puede visitar su casa natal.
Justo al lado de este pueblo, a unos 100 metros está La Chalana y su famoso puente. Una de las canciones más populares y conocidas del cancionero tradicional asturiano habla de este sitio y se llama Chalaneru. Es casi como un himno para los lavianeses o llavietos así como para muchos asturianos. En ese lugar existe un prau en donde se celebran dos momentos importantes de la folixa en Llaviana. La gira y el Dencenso Folklóricu del Nalón cada mes de Agosto. En el descenso la gente de los pueblos de Llaviana así como de otros conceyos fabrican carrozas y se disfrazan con el objetivo de recorrer un kilómetro de río con ella sin que se destruya por el camino. Se sale del Puente d'Arcu, puente medieval que da nombre al mismo pueblo, para llegar a La Chalana.
Desde La Carba también se puede observar el pueblo de Carrio y Barredos, que son la entrada al conceyu desde Samartín del Rei Aurelio. Incluso se divisa Mardana y un poco Fechaladrona.


Pero lo más bonito de este sitio, es la paz, los días de sol que te llenan de energía, los días de nieve que te dan un golpe de humildad y de claridad, los castaños, los ablanos, el ruido de las ovejas, el olor a hierba fresca, los manzanos y sus manzanas asturianas, verdes, que respigan con solo olerlas...sus cerezales, sus higos, el sonido de fondo del río...y sobre todo, mis abuelos. No por su presencia física, pero sí por su legado, porque ese lugar siempre estará teñido de ellos, de su amor por la familia, de su amor a la tierra, por levantar una casa con sus propias manos, por plantar cada árbol y por hacer que pasara los mejores momentos de mi infancia allí...por eso llego siempre y no puedo describirlo de otra manera, SON MIS ABUELOS!


El día en concreto, fue genial por la compañía familiar, las anécdotas que nos contamos. Que si tengo que bajar los kilos de navidad, que si a ver si pierde el Madrid, que si mira a tu sobrino como camina ya, que si mira a tu hermana pequeña como juega...vamos...LA VIDA!
Y por otro lado, la comida. En toda buena reunión asturiana, sea por el motivo que sea, no puede faltar una buena fartura. Ese día comimos sopa de pita, huevos de casa y pitu al ajillo. De postre, para terminar con algo también asturiano, un poco de quesu la fueya. Todo eso bañado con sidra, aunque sin olvidar cosas modernas y que también triunfan, y hay que reconocerlo, como la CocaCola.


Sin más, os animo a que visiteis en algún momentos esta zona tan preciosa de Asturias. En otras entradas os comentaré más sitios prestosos para visitar de Asturias y de otros lugares.


Un Abrazo.

domingo, 9 de enero de 2011

Jorge Drexler

Mi primera entrada quiero dedicársela a un cantante uruguayo al que admiro, Jorge Drexler. Supongo que los lectores más avispados se habrán dado cuenta de ello antes de decirlo aquí, pues el título y la descripción de este blog, son títulos de dos de sus canciones. 
Hablo de admiración pero no de adoración, no quiero caer en la confusión de adorar a alguien ciegamente como se hace con los dioses inventados de nuestra civilización, pues lo admiro, lo admiro como el que mira un cuadro, habrá partes que te llenan y te hacen temblar y otras que no te digan nada. Así lo admiro yo. 


Primero lo admiro como músico ya que es por esta circunstancia por la que lo conocí. Todavía recuerdo la primera vez que sentí su single "Todo se transforma" y recuerdo ese videoclip. Me dejo atónito la letra, me maravilló el pensar que alguien pudiera escribir algo así y además ponerle una música elaborada y elegante. A partir de entonces todo fueron maravillas para mis oídos. Sus letras son geniales, rebuscadas, espaciales (y especiales), hablan de la vida y son sobre todo, motivadoras. Cuando paso uno de esos momentos melancólicos, esas semanas en las que, según mi madre, la luna está negra y yo al ser cáncer me vuelvo lunático, lo escucho. Me sumerjo en su mundo, en su fantasía y me relajo, me enseña a ver que no pasa nada, que todo acaba. 
Sólo por esto ya merecería la pena admirarlo, pero aún hay algo más...


Drexler es médico, y no por eso es mejor persona, pero sí que sirve para mí como espejo en el que mirarme, al demostrar que todo es posible, puedes estudiar una carrera, puedes acabarla y ejercer de tu profesión, puedes aprender a tocar la guitarra con 30 años y componer, puedes hacer lo que quieras...¿por qué no? 


Sus canciones, como muchas en la vida de todas las persona, significan algo para mí emocionalmente. Son de esas canciones que te evocan a la chica que te conquistó el corazón con sólo mirarte una vez, son de esas canciones que parecen estar en el momento justo en el lugar indicado, son canciones que para mí significan más que unas simples letras y notas...para mí son más y lo más bonito es que lo van a ser para toda la vida. 








Ahí lo teneis, si nunca lo habeis escuchado, por favor por vuestra felicidad, escucharlo. Ninguna persona de este mundo es perfecta y precisamente esta imperfección es lo que más amamos y lo que nos hace únicos. Ni Drexler, ni yo ni nadie lo es, pero habrá que empezar a valorar las partes positivas de las personas...¿no creeis?

Como curiosidad y como asturiano que soy me sorprendió que el día de su concierto en el Teatro Jovellanos de Gijón en marzo de este año pasado, nos dijera que tiene ascendencia asturiana, por parte de un abuelo o abuela de él...ahora mismo no recuerdo muy bien cual de los dos. Al parecer uno de sus abuelos era de un pueblo de Quirós, creo recordar, en la montaña central asturiana, que emigró a Uruguay. Drexler nos explicó que se interesó por conocer de dónde procedía y que incluso fue a visitar ese lugar. 

Os dejo una de mis canciones favoritas de él. Pertenece a la banda sonora de una excepcional película que os recomiendo ver "Diarios de una motocicleta" acerca de la vida en la juventud de Ernesto "Che" Guevara. La canción es maravillosa y me llena de emoción cada vez que la escucho. 


Buenas noches y "amar la trama más que el desenlace".